¿Qué es el seno maxilar?
Los senos paranasales son cavidades aéreas, situadas alrededor de las fosas nasales, donde desembocan y vierten sus secreciones, y reciben el nombre de acuerdo con el hueso en el que se encuentren: maxilar, esfenoidal, etmoidal y frontal.
Aunque en la actualidad las funciones de los senos paranasales aún son objeto de debate, sin embargo, se pueden destacar algunas, como humedecer y calentar el aire inspirado, disminuir el peso del cráneo para mantener el equilibrio de la cabeza, aumentar la amplificación de la voz, proteger el cerebro y la producción de óxido nítrico, que, de acuerdo con estudios relativamente recientes, por sus propiedades bacteriostáticas y antivirales contribuye a mantener la esterilidad de las cavidades paranasales.
El seno maxilar está ubicado en el interior del cuerpo del maxilar superior, por debajo de la órbita, por encima de los ápices dentarios de los molares y premolares, y a ambos lados de las fosas nasales.
El escaso volumen óseo en la zona posterior del maxilar se puede deber a múltiples motivos: la ausencia de piezas dentales por tiempo prolongado, los procesos de infecciones o infecciosos causados por la enfermedad periodontal, las variaciones anatómicas del seno maxilar, las exodoncias traumáticas o remoción de procesos infecciosos (quistes), etc.
Existen numerosas formas de abordaje, para la elevación del seno maxilar, que se diferencian en su invasividad, abordaje y necesidad de uso de biomateriales.
En qué casos se recomienda la elevación de seno
Debe realizarse un exhaustivo estudio del caso para determinar cuál de estos métodos es el más adecuado para obtener los mejores resultados de la forma más predecible. La elevación de seno maxilar es una técnica indolora, con buen postoperatorio si evitamos las complicaciones y realizamos un correcto diagnóstico.
Sin embargo, existen una serie de requisitos comunes que determinan la necesidad de utilizar una de estas técnicas para la elevación de seno:
- Ausencia de volumen óseo para la colocación de implantes dentales en área limítrofe al seno maxilar.
- Ausencia de patología en el seno maxilar.
- Ausencia de limitaciones anatómicas.
- Pacientes en tratamiento de radioterapia con afectación maxilar.
- Problemas médicos severos.
- Consumo excesivo de alcohol, tabaco y drogas.
- Trastornos del sistema inmunitario, quimioterapia.
- Radioterapia de cabeza y cuello por encima de 45 Gy.
- Deformidades severas en la anatomía del seno maxilar (no corregibles).
- Mucosa sinusal dañada e hipofuncional, consecuencia de traumatismos o intervención previa.
- Presencia de tumoraciones en el complejo nasomaxilar.
- Rinosinusitis vírica bacteriana o micótica.
- Sinusitis recurrente, con o sin poliposis, que afecta al aclaramiento mucociliar ( sin posibilidad de tratamiento médico o quirúrgico).
En qué consiste la elevación del seno maxilar
Por lo tanto, las técnicas de elevación de seno están indicadas en pacientes que presentan un volumen óseo insuficiente para la colocación de implantes dentales con técnica convencional. Se debe considerar el volumen óseo en altura (distancia cresta ósea a piso de seno maxilar) y en anchura (bucosinusal).
Las características anatómicas, así como la calidad ósea, determinan la técnica quirúrgica más conveniente para la regeneración ósea previa a la rehabilitación implantológica.
La elevación de seno mediante acceso lateral fue una técnica descrita por Tatum. El abordaje lateral consiste en realizar una ventana en la pared lateral del seno para poder tener acceso a la membrana de Schneider, bien mediante una osteotomía en la cual se elimina todo el tejido óseo que engloba esa ventana o bien haciendo una trampilla la cual se introduce dentro de la cavidad sinusal pasando a ser la nueva base de la cavidad sinusal.
Precisamente esta membrana de Schneider es uno de los puntos más críticos de la técnica, ya que una de las complicaciones más frecuentes es la perforación de la misma.
Existen dos tipos de abordajes abiertos:
- Abordaje convencional, mediante instrumentos rotatorios, seguido del uso de instrumentos manuales para el desplazamiento de la membrana de Schneider.
- Abordaje mediante dispositivos piezoeléctricos, con los cuales también es posible realizar una osteotomía mediante vibraciones ultrasónicas de baja frecuencia.
Estos últimos tienen la ventaja de:
- Proteger la vitalidad de los dientes adyacentes a las zonas operatorias.
- Existe menos vibración y ruido que la que existe con fresas o sierras convencionales, minimizando el estrés psicológico.
- Se puede usar en determinadas circunstancias para la escisión de lesiones de tejidos blandos, lo cual es de mucha utilidad sobre todo en niños.
Cuando se realiza el despegamiento de la membrana de Schneider, si existe algún tipo de perforación de la misma se necesitará cubrirla mediante una membrana reabsorbible para proteger el interior de la cavidad sinusal.
En cuanto a la elevación de seno transcrestal, cerrada o atraumática, con el propósito de minimizar el número de procedimientos, se utilizó una modalidad que requiere tallar una fisura horizontal en la cresta ósea del área a recibir los futuros implantes muy próxima al suelo del seno, sin llegar a perforarlo, expandiéndola en dirección vestíbulo palatina con un botador para obtener la deseada expansión horizontal del hueso alveolar, y después utilizar osteotomos para la elevación de la membrana de Schneider.
Las modalidades más modernas requieren de equipamiento específico diseñado para reducir el trauma y las complicaciones e incrementar la tasa de predictibilidad, algunos ejemplos son el autoinjerto de hueso autólogo.
Postoperatorio | ¿Duele la elevación del seno mxilar?
El manejo postquirúrgico de pacientes sometidos a cirugía de elevación de seno maxilar requerirá siempre de un minucioso seguimiento de parte del profesional y/o de algún miembro del equipo clínico designado para tales fines.
Durante el periodo postoperatorio, el paciente deberá evitar ciertos hábitos como el tabaco y ser informado sobre los efectos nocivos del mismo. Debe solicitársele que pare de fumar por un mínimo de 3 o 4 semanas, después del procedimiento.
El manejo consistirá básicamente en terapia con antibióticos por un periodo de entre 7 y 10 días, analgésicos-antiinflamatorios durante 5-10 días, y un colutorio antiséptico, de preferencia clorhexidina 0,12%. Siempre si es posible con protector gástrico.
Se recomienda aplicar frío de forma externa durante las primeras horas posteriores a la intervención (6-8 horas intermitentemente).
El paciente no debe volcar la cabeza, tiene que dormir con la cabeza elevada, evitar estornudos, la succión o enjuagues muy fuertes, sobre todo durante los primeros días. Será informado sobre la posibilidad de que la sutura pudiera tener que ser removida, y aun ya concluida la cirugía, la posibilidad de sangrado es habitual en este tipo de procedimiento quirúrgico.
Independientemente de las complicaciones que pudieran presentarse, la cirugía de elevación de seno maxilar llevada a cabo correctamente sigue siendo una técnica de resultados predecibles, favorables e indolora, así como una excelente alternativa en casos de pacientes con amplias áreas de reabsorción ósea directamente relacionada a la zona antral.